Una prótesis dental es la restauración artificial parcial o total de la anatomía de la boca.
Una prótesis dental es la restauración artificial parcial o total de la anatomía de la boca. En término más coloquial cubrir la falta de las piezas dentales en cualquier parte de la boca.
Recuperando así el funcionamiento y comportamiento normal del paciente, ayudándole así a poder llevar una vida normal a través de su salud buco dental.
Las prótesis dentales fijas son aquellas que se mantienen unidas a la boca del paciente de forma permanente y, por tanto, no puede quitarse.
A diferencia de las removibles, la persona no necesita quitárselas para limpiarlas y no tiene inconvenientes de filtración de restos de comida.
Además, al quedar completamente fijadas, no es hace falta que pasen por un periodo de adaptación, como sucede por ejemplo con la dentadura postiza tradicional, que puede resultar incómoda los primeros días al hablar.
La prótesis dental removible es un tratamiento que se basa en un aparato externo y que servirá para sustituir la falta de piezas dentales y estructuras óseas atrofiadas por el paso del tiempo. Son aparatos bucales, portadores de dientes artificiales, que se pueden y deben extraer de la boca para limpiarlos más fácilmente.
Son aparatos que mejoran la masticación de los alimentos, la estética bucal y el habla. Algunas de ellas se sujetan sobre los dientes naturales con dispositivos rígidos (retenedores o “ganchos”) y, a veces, descansan sobre el hueso. De ahí que al morder no sea tan eficaz como los dientes propios y naturales del paciente.
Como hemos explicado al principio de este artículo, las prótesis pueden ser fijas o removibles.
Aunque cada paciente puede elegir entre una u otra, siempre siguiendo las recomendaciones de su dentista, las que son permanentes ofrecen mayores beneficios que las de quita y pon.
En primer lugar, resultan mucho más cómodas al no tener que retirarlas tras cada comida para limpiarlas, evitando el trastorno que esto supone.
Por otro lado la sujeción y firmeza que aporta una prótesis fija es muy superior a la de una removible, logrando mayor seguridad al masticar y al hablar.
Es importante remarcar que las prótesis fijas requieren de unos cuidados especiales para que sean duraderas.
Aunque no pueden tener caries, no hay que olvidarse del tejido periodontal que las rodean, que sí pueden acumular sarro y desarrollar, por ejemplo, gingivitis o periodontitis.
Es necesario extremar la higiene empleando un irrigador bucal para asegurar que la zona quede libre de bacterias.
Manteniendo una correcta profilaxis dental y acudiendo a las revisiones pautadas por el dentista, una prótesis dental fija puede durar toda la vida.